La arquitectura es la manifestación más importante del arte que proviene de los romanos (occidente); esencialmente urbano y de carácter civil, supeditado a los intereses capitalistas. Tres palabras de Vitrubio lo definen: “solidez, utilidad y belleza”.
Esta concepción arquitectónica tiene un carácter eminentemente funcional y práctico orientado a la solución de problemas concretos, utilizando una concepción axial o simétrica de los edificios. La función crea la belleza.
Monumentalidad y colosalismo. Los edificios exceden en muchas ocasiones la función para la que están diseñados dando una apariencia de magnificencia que tiene motivos simbólicos (manifestar la grandeza y el poder material) y políticos (demostrar el prestigio de quiénes obstentan la riqueza y el poder).
Monumentalidad y colosalismo. Los edificios exceden en muchas ocasiones la función para la que están diseñados dando una apariencia de magnificencia que tiene motivos simbólicos (manifestar la grandeza y el poder material) y políticos (demostrar el prestigio de quiénes obstentan la riqueza y el poder).
Es una afirmación de Poder; constituye el símbolo que domina a la multitud de los ciudadanos y que hace presente el régimen, potencia y razón de toda la vida; la escala del edificio es la escala de este mito, de esta realidad, no es ni quiere ser la escala del hombre corriente y común, o es un Superhombre corriente y común.
En la arquitectura que proviene de Roma aparece una concepción del espacio interior que revela una multitud de soluciones constructivas en función del edificio del que se trate. No se preocupa tanto por crear volúmenes como por crear espacios para usar. En los interiores de planta circular y rectangular imperan la simetría y una grandiosidad de escala inhumana y monumental, substancialmente satisfecha en sí misma e independiente del observador.
La grandiosidad de los edificios encierran múltiples cognotaciones, demasiado extensas de enumerar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario